De uno de los coches se bajó un hombre bastante fornido, vestido de uniforme y con el brazalete rojo con el símbolo nazi en este.
Se acercó peligrosamente hasta nosotros, hasta quedar a medio metro de distancia, Harry no me soltaba la mano ni una sola vez, y en esta, daba pequeñas caricias otorgándome algo de seguridad.
Soldado: ¿Dónde vais?-dijo bastante alto y con una voz seca-
Harry: Hacia la estación de tren, cogeremos un tren hacia Suiza-dijo con su típica voz ronca y segura-
Soldado: Pueden decirme sus nombres-afirmó. En ese momento, se me heló la sangre, mi corazón no latía, no hacia nada, mi organismo se paró en seco. Debía responder...-
Harry: Somos de la familia Horan Gallagher.
Soldado: Oh, sí, el teniente Horan. Si son tan amables, ¿podrían enseñarme sus carnet's?-dijo haciendo del ambiente algo más tenso. Mi organismo seguía sin funcionar-
Harry: Siento decirle, señor, que no lo tengo aquí ahora mismo, se traspapeló.
Soldado: Y yo siento decirle, señor Harry Styles y señorita ____(tn) Belló que su próxima parada, será los maravillosos Campos de Concentración.
Y tras escuchar esa terrible y temida frase el soldado hizo una seña y bajaron como diez soldados, Harry apretó más mi mano, pero fue en vano, los guardias le agarraron, aun que se intentó zafar varias veces, le patearon y golpearon la cara rompiendo su labio inferior y haciendo que su nariz sangrara, no podía mirar eso, giré la cabeza rápidamente y cerré los ojos fuertemente.
****: Vaya, vaya-dijo una voz distinta al primer soldado. Algo más desagradable y seca- tenemos aquí una señorita bastante guapa-dijo dando un golpe seco a una de mis nalgas- oh, sí, es perfecta y está muerta del miedo-noté como se ponía en frente de mi, y agarraba mi cara con fuerza, haciendo daño en mis mejillas- mira está preciosa escena-dirigió mi cara hasta Harry, quién estaba tendido en el suelo, repleto de sangre, y con sus brazos cubriendo su cabeza, un gran nudo se formó en mi garganta y mis ojos se inundaron en lágrimas-
Tú: Hijos de puta... ¡soltarle!-dije histérica, llorando a mares y moviéndome sin parar para que los cerdos me soltaran, sin ningún resultado-
****: Yo qué tú me estaría quieta, nena-dijo la misma voz algo más alto- oh sino cobraras lo tuyo- y acto seguido, su mano chocó contra mi mejilla-
Harry: Maldito hijo de puta-dijo retorciéndose en el suelo, con su voz rota- ¡suéltala!
****: Niño, tú cállate si no quieres que te peguemos un tiro ahora mismo-sacó su pistola y apuntó hacia la cabeza de Harry-
Tú: ¡No!-grité- no, por favor-bajé el tono de mi voz- haré lo que sea, lo que queráis, pero por favor, no le hagáis daño-supliqué llorando-
****: Es una oferta tentadora, ¿verdad chicos?-los monos asintieron eufóricos y riendo- y por ser tan terriblemente guapa, aceptaré, el muchacho se va al Campo de Concentración, tal cual, tú le acompañarás hasta su caseta para que lo veas, y luego, tú, te vendrás con nosotros-dijo acariciando el costado de mi pecho, haciendo que tuviera unas terribles ganas de vomitarle en la cara. Asentí mirando hacia el suelo- Me presento, preciosa, soy el soldado Jefferson-dijo con su asquerosa voz-
Y sin decir ninguna palabra más, llegó un caminó color caquí con una gran tela tapando la parte de atrás, tiraron de mala manera a Harry a la parte de atrás, y a mi no es que me subieron más amablemente, Jefferson apretó su pene contra mi muslo para subirme, cosa que hizo que diera una pequeña arcada.
Ya dentro de el camión, me arrodillé al lado de Harry y empecé a llorar desconsoladamente.
Tú: Por favor, Hazza-supliqué llorando en su pecho- dime algo-seguí llorando sin parar-
Harry: No pasa nada, mi ángel-dijo tosiendo y poco a poco se fue incorporando-
Tú: ¡Oh, Dios!-grité contenta- ¿estás bien? ¿te duele algo?-dije nerviosa- responde por favor.
Harry: Me duele todo, pero estoy bien-dijo forzando una sonrisa- no dejes que te hagan nada, por favor, ángel.
Tú: Si no lo hago... te matarán-una lágrima se deslizó por mi mejilla, y rápidamente, Harry me la secó con delicadeza-
Harry: No importa lo que me hagan a mi, sólo importa lo que te pase a ti-dijo mientras acariciaba mi mejilla-
Tú: No dejaré que te pase nada, Harry...-dije acariciando uno de los rizos que caía por su frente-
Harry: Que cabezona eres...-negó con la cabeza mientras sonreía- te quiero, mi ángel-dijo acariciando levemente mi mejilla-
Tú: Yo te quiero más, Haz-dijo sonriendo- y intentando olvidarnos de todo esto...¿por qué me llamas ''mi ángel''?
Harry: Jamás te lo diré, ángel-rió-
No hay comentarios:
Publicar un comentario