martes, 22 de abril de 2014

Capítulo 14: Everything will go out well.

Sentí unas pequeñas manos acariciándome la cara. Poco a poco fui abriendo los ojos encontrandome así con las pequeñas facciones de Aniela. Sus largas pestañas bailoteaban con rapidez. 

Aniela: Despierta-dijo mientras saltaba en la cama- tenemos que coger un tren. 
Tú: ¿Un tren?-dije aun con la voz adormilada- 
Aniela: Para ir a Francia-dijo bajando ya de la cama y saliendo de la habitación a toda prisa- 

Me levanté con pereza y me dirigí hacia el baño para de nuevo ponerme el vestido. Me adentré en el aseo y me lavé la cara en un intento de despejarme un poco. Me sequé ésta con una suave toalla y me comencé a vestir. Ya vestida, me cepillé el pelo y me lo dejé suelto. Me calcé y bajé hacia la cocina con ganas de desayunar algo rápido. 
Escuché unas voces provenientes del salón, me escondí al lado del marco de la puerta y escuché. Hablaban Harry y Niall tranquilamente. 

Harry: ¿Llegaremos a salvo?-en su voz se notaba un visible temblor y miedo- 
Niall: Harry-dijo el rubio en un susurro pesado- te seré claro-hizo una pequeña pausa y tomó un poco de aire- el tren tiene vagones de ganadería. Tendréis que estar allí escondidos durante todo el viaje, dura tres días, os daremos comida, agua y ropa-calló durante unos instantes y de nuevo tomó aire- reza para que ningún soldado neonazi revise el tren en alguna estación. Están por todos lados. Louis estará en la estación esperándoos. 

Cogí una buena bocanada de aire. El viaje seria duro, y temeroso. El corazón me comenzó a latir con fuerza, sentía miedo, demasiado miedo. Me asomé por el marco de la puerta y rápidamente la mirada verde de Harry se posó en mi. Noté como el tono de mi piel se bajaba y se tornaba blanco, Harry me miró espantado y a paso acelerado se dirigió hacia mi. Me abrazó fuertemente y yo me dejé caer entre sus brazos. Me sentía segura. Con él todo era posible. Sentí sus labios en la coronilla de mi cabeza. Dejó sus labios pegados allí durante unos segundos y al separarse, cogió mi barbilla con delicadeza y me levantó la cabeza dejando que me mirara así a los ojos. 

Harry: Todo saldrá bien, ángel-dijo en un pequeño y dulce susurro- te lo prometo. 

No pude responder, sabía que si lo hacia rompería en llanto. Sentí como su cabeza se acercaba a la mía hasta estar a milímetros de mi cara. Sin poder esperar, acorté la distancia que había entre nosotros y con delicadeza besé sus finos y rosados labios. Harry me tomó de la cintura y me rodeó con sus fuertes brazos. Cerré los ojos dejándome embriagar por sus besos, su tacto y su olor. Seria difícil, pero lograríamos llegar a España y ser felices. 

Harry: Vamos a desayunar-dijo a la par que me agarraba de la mano con delicadeza y tiraba de mi camino a la cocina- 

Nos sentamos en la mesa y observaba como desayunaba Aniela con rapidez, estaba emocionada por su nueva vida, en su cara había una amplia sonrisa. La protegería con mi vida si hacia falta. Desvié mi mirada hacia Bego, la cual preparaba con una sonrisa el desayuno y de vez en cuando le hacia algún que otro cariño a Niall, el cual los recibía encantado. Bego nos sirvió el desayuno y con una sonrisa agradecida, comencé a comer. Estaba distraída con el piar de los pájaros y observaba el precioso paisaje por la ventana mientras terminaba mi desayuno. 

Bego: ____(tn)-dijo Bego intentando llamar mi atención- he preparado ya todas las maletas, lleváis ropa y suficiente comida y bebida como para unos cuantos días. 
Tú: Muchas gracias, Bego-dije con una tierna sonrisa, pues si no fuera por Niall y Bego ahora mismo seguiríamos en ese infierno- 
Niall: Prepararos-dijo el rubio entrando en la cocina- nos marchamos en media hora. 

Asentí con la cabeza. Rápido terminé de desayunar y ayudé a Bego a recogerlo todo. Acompañé a Aniela a terminar de peinarse y como siempre le hice una larga trenza con su melena morena. 
La media hora pasó rápido y ahora íbamos de camino a la estación de tren, en coche, no sin antes despedirnos de Bego, pues ella se había quedado en casa. Esa mujer era encantadora. Harry iba en la parte de delante con Niall y yo me encontraba en la parte de atrás con Aniela, la pequeña apoyó su cabeza en mis piernas y yo comencé a acariciar los cortos mechones de pelo que se escapaban de su recogido. Es un ángel. Niall aparcó justo al lado de las vías del tren. El tren ya estaba ahí. Y como había escuchado, tenía vagones para ganadería. Desde fuera se escuchaban vacas y cerdos. Niall se acercó rápido a uno de los vagones y lo abrió, salimos a toda prisa del coche. Harry tomó todas las maletas y se metió dentro del vagón junto con éstas, ayudó a subir primero a Ani y luego a mi. Al entrar un hedor a esterquiol taponó mis fosas nasales. Era repugnante. Harry se quedó de cuclillas unos minutos más recibiendo información que le daba Niall. El suelo estaba completamente lleno de paja y al fondo del gran vagón habían cuatro vacas enormes y tres grandes cerdos. No me acerqué por miedo a que los grandes animales hicieran algo. Sentí una pequeña mano atrapar la mía, bajé la mirada y me encontré con la pequeña Aniela sonriendo. Su sonrisa me daba las fuerzas que necesitaba. 

Aniela: No está tan mal-dijo observando el vagón por todos los rincones- el olor es desagradable, pero mi nariz se acostumbra-dijo acompañando la frase con una tierna sonrisa- 
Tú: Tienes razón-dije poniéndome a su altura- en menos que canta un gallo estaremos en una casa enorme, con un perrito e irás a la escuela- dije contagiándome de su bonita sonrisa- 
Aniela: ¿Iré a la escuela?-dijo en un tono de sorpresa- nunca había ido.
Tú: Pues irás, pequeña-dije tranquila, y nada más terminar la frase, la abracé fuertemente- 

Una niña tan preciosa tanto por fuera como por dentro, merece ir a la escuela, y estudiar lo que quiera, pero claro, aquí en Alemania por ser judía, ya no tienes derechos ni tan solo en sentarte en un banco. 
 Creían en una raza ''pura'', la raza Aria. Yo me pregunto ¿eso es una raza? yo, no creo en las razas, no hay judíos, ni cristianos, ni musulmanes, tan solo, hay personas. Y es tan cruel que quieran exterminar a personas por ser de otra religión, es tan cruel que humillen y asesinen de tal manera, es tan... tan inhumano. Soy judía y estoy orgullosa de ser lo que soy. 

A mis espaldas sentí un fuerte golpe, dejé de abrazar a Aniela y miré. Harry había cerrado la puerta del vagón. El muchacho ojiverde estaba recogiendo algo de paja, la más limpia, y la acomodaba en un rincón para poder sentarnos, dejó las maletas a un lado y las tapó con más paja. Cuando ya había acabado de recoger algo de paja se dirigió hacia nosotras y cogió a Aniela en brazos. La miró con una sonrisa y besó su frente. Era... increíble. Ver a dos personas tan increíbles juntas, es sublime. 

Harry: El tren partirá en cinco minutos-comenzó a hablar- de vez en cuando en cada estación revisan los vagones, nos tendremos que esconder de alguna manera-al terminar la frase, bajó a Aniela al suelo y inspeccionó con la mirada el vagón, esperando encontrar la inspiración para construir un escondite- la próxima parada está a diez horas-dijo sin dejar de inspeccionar- tenemos tiempo.